Foto: Biblioteca de El Monasterio del Escorial
El origen del nombre biblioteca se encuentra en la antigua Grecia, indicando el lugar donde se guardaban los rollos de pergaminos y papiros custodiados, en principio, en los recintos sagrados. Pero la idea de recopilar los textos escritos es mucho más antigua y tuvo sus inicios hace unos 4000 años, primero en la civilización mesopotámica con la guarda de tablillas de barro con escritura cuneiforme y luego en la egipcia.
A lo largo de la historia son muchas las bibliotecas conocidas por su importancia, como la de Pérgamo o la de Alejandría. Tanto las antiguas como las actuales representan y atesoran el caudal cultural acrecentado por el hombre a través del milagro de la letra y la palabra.
¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!
